Chile o Miel

Eva llegó a casa de Adán, se sentó en la mesa, agarró del frutero la manzana roja que estaba en el centro, tomó un cuchillo que estaba del lado izquierdo del frutero, partió en dos  aquella manzana y observo por un instante el centro de ella, las pequeñas semillas café las quitó diciendo " Quito el origen del mal, es esto lo que hace pecar y dejar un amargo sabor, la fruta en sí, es placer al paladar, amor puro"


Adán, quedó algo confundido e interrogó a Eva - ¿Chile o miel?- dijo algo tímido. Eva lo miró dulcemente y sonrió -Chile, ¿Y tú?- contestó.


-Miel, sin duda- respondió Adán mientras sacaba la miel y la salsa picante de la alacena, volteo y entregó los frascos a Eva, quien vertió sobre una de las mitades miel y en la otra chile.


Cada uno tomó su mitad y dieron su primer mordida, Eva preguntó a Adán "¿Por qué miel y no chile?"


-Sencillo, me recuerda tu dulce sabor, con el que sueño mientras te veo desnuda, el olor y tu miel en los ojos que se derrama en tu cuerpo, tu jugo de mujer sabor manzana con miel- contestó a Eva, manteniendo los ojos cerrados, mientras mordía  lentamente un pedazo de manzana  y la saboreaba de una manera apasaionante, se podía ver en sus labios el dulce brillo de la miel, el cual quitaba con su lengua.

Al pasar el bocado, abrió los ojos y la miró extasiado preguntando "¿Por qué chile y no miel?"


-Fácil, me hace sentir intensificados mis sentidos, me calienta y me relaja, suele ser tan contrario, me recuerda el sentirte tan fuerte como el picante y tan refrescante como la manzana, tan intenso como tus besos que recorren mi piel y suave como tu lengua entrando en mi boca amándome- dijo mientras mordía el pedazo de manzana enchilada y escurría un poco de saliva por una fisura de su boca, la cual limpiaba con su dedo indice y metía a la boca chupándolo suavemente.


Adán quedó perplejo, se dirigió a ella, la levantó de su lugar, mientras se miraban profundamente, se acercaron y besaron, fusionando el chile y la miel en uno mismo, haciendo una explosión de sabores, de amor, de pasión y de gusto dulcemente picante.

Refugio

Refugiada he llegado de la  batalla...

Refugiada en el silencio de un cansancio extremo,
Refugiada sin voz para decir mi dolor,
Refugiada me encuentro en la desesperación, sin ti, sin mi,
Refugiada en la mirada perdida de un infinito ansioso.


En el encuentro del refugio en el que he dicho 'te amo'
me refugio en la lágrima irritante que corta mis palabras,
me refugio sin tregua alguna, sola he llegado,
me refugio luchando contra mi corazón holográfico...

Aquel refugio, intangible, latente, potente, inmutable...
Aquel refugio virtual, de ficción que ha dado más que uno real,
Aquel refugio que ha curado heridas, que ha protegido el PelíGro más débil,
Aquel donde quisiera estar, aunque no sea verdad.