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miércoles, 31 de octubre de 2012

Extrañar-Té.

Tomar el té, cualquiera, me hacía recordar mi niñez enferma.

Té de limón para esto, té de canela para el otro, té de manzanilla para aquello, té de hierbabuena para... Té, odiaba el té, cualquier sabor me evocaba enfermedad, debilidad, hasta que un día no hubo más. 

Llegó otro tiempo, la frialdad del tiempo, banalidades, superficialidades, comercialidades, violentos edemas, agresiones mentales y obsesiones mortales, vida fría, absoluto vicio corrupto.

Caí helada en el mundo abrupto, llegó el momento o morir congelada o empezar a calentarme... Llegó, llegaste, tomas-té y me lo hiciste llegar a mi boca inmóvil, partida de frío. Bebí esa infusión, me calentó el amor líquido que me diste.

Me levanté en el crimen perfecto, regresó, el tomar-té y el té se accionó, adicta a ti, mi infusión favorita eres tu.... Se fue, te fuiste y me dejas-té... El único placer que me recuerda a ti.

Toma el sentido otra vez, la enfermedad de mi niñez... Es esa que me recuerda que mi debilidad regresa, mi enfermedad fui yo, mi sanación fui yo, mi debilidad eres tu.

Sólo espero, sentada, tomando-té y añorando tu regreso, porque mi enfermedad me acosa, me lastima, necesito beber-té para dejar de extrañar-té.

Danna DanGer.

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